Dicho lo cual, sí que es lógico que un/a empresario/a quiera saber por qué va a pagar un precio por una animación, y por qué vale eso y no menos o más.
Poniendo un ejemplo, podríamos decir que cuando vamos al dentista, nos gusta que nos diga qué nos va a hacer y cuanto cuesta cada cosa, pero no hacemos un curso odontológico antes de ir. No vamos a decirle al dentista lo que tiene que hacer, sino que él nos dirá el proceso a seguir y las diferentes opciones que tenemos, y decidiremos la que más nos convenga por salud o por dinero.